Hay algunas partes en las casas antiguas que a menudo son subestimadas, como la escalera. Para este tipo de rehabilitación es bueno contar con profesionales de la talla de http://www.eurollarcondal.com/restauracion-interiores/refuerzos-estructurales.
Podríamos admirar sus balaustres y sus formas, que ya son poco habituales en las casas actuales, pero también es muy probable que hayan sufrido el abuso de los años y del poco mantenimiento.
No es de extrañar que después de 50 años o más de uso diario, a menudo las escaleras crujan e incluso puedes llegar a ver parte de las costuras.
Pero con un breve diagnóstico y sabiendo la forma de abordar este problema, puedes reparar tus escaleras y dejarlas como nuevas. En ese primer diagnóstico del problema, quizás puedes detectar muchas cosas que van mal, como un chirrido o afloje entre los peldaños o si las escaleras unidas de una sola cara o abiertas se han separado de la pared.
Refuerzos estructurales en las escaleras
Para empezar, haz una inspección visual, y una prueba de caminar por ellas para sentir cualquier movimiento e identificar la ubicación de los chirridos.
La buena noticia es que la mayoría de los problemas son familiares para un experto en estructuras como estas. La mala noticia es que seguramente conlleve obras con el fin de dar con la raíz del problema y solucionarlo.
Los largueros son los elementos diagonales de la escalera junto a los peldaños, y aunque normalmente no es obvio, huella y contrahuella están ranuradas por el interior. Si por alguna razón los largueros se separan, las huellas y contrahuellas también lo harán y, en algunos casos, pueden llegar a salirse de su lugar.
Esto no sucede habitualmente en las escaleras cerradas con paredes en ambos lados, pero las escaleras abiertas pueden experimentar esta problemática porque la casa esté en terreno sedimentado, existan movimientos de la pared, por reparaciones inadecuadas, y la mala mano de obra original, son los culpables más comunes.
Para cerrar las brechas causadas por el larguero, hay que empezar por la limpieza de los escombros de las capas de soporte, retirar los clavos, astillas de madera, capas de pintura o pegamento de las partes inferiores y superiores y terminar con un chorro de aire comprimido para eliminar por completo los restos sueltos.
Un experto debe calcular o determinar el ancho original, o apropiado, de la escalera, y a continuación calcular la longitud de la varilla y los pernos, dejando suficiente espacio para apretar las roscas en el acoplamiento.
Para hacer estos pasos, siempre se necesita de dos personas, una para apretar los tornillos y varillas en el acoplamiento y otra para guiar la escalera a su posición. Se podría necesitar varios s intentos y algunos golpes antes de que los elementos sueltos puedan volver a su posición.
Las huellas y contrahuellas de las escaleras adquieren firmeza estructural por medio de cuñas clavadas firmemente entre ellas y el marco para eliminar así los molestos chirridos.
Una vez que se puede ver la parte inferior de la escalera, fácilmente es posible encontrar cuñas que se han caído o están sueltas o desplazadas. Si estas cuñas parecen intactas, pueden ser reutilizadas.
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